El legado de la longevidad digital: Aprendiendo de nuestros mayores

¿Cómo aprender de adultos mayores en la era digital?

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería mantenerse relevante en un mundo cambiante, especialmente después de cumplir ochenta o incluso noventa años? Recientemente, ha sido inspirador leer sobre personas de la tercera edad que no solo se adaptan a la era digital, sino que la abrazan con entusiasmo. Su actitud hacia la tecnología, particularmente la inteligencia artificial (IA), nos ofrece valiosas lecciones como padres y mentores de las próximas generaciones.

Pero hay mucho más detrás de esta tendencia. Estas historias personales muestran que aprender a cualquier edad no solo es posible, sino que puede ser transformador tanto para quienes aprenden como para quienes los observan.

¿Qué podemos aprender de estos jubilados valientes digitales?

En un mundo donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, los adultos mayores están demostrando que nunca es tarde para aprender cosas nuevas. Un artículo reciente destaca cómo ‘trabajadores en sus años 80 y 90 están abrazando la IA: «Quiero terminar con fuerza»‘ (Business Insider, 2025). Esto no es solo una realidad estadística, sino un testimonio del poder de la curiosidad y la resiliencia humana.

Primero, su actitud hacia el aprendizaje. Como dice Luis Bautista, de 82 años: «Cuando cumplí 80, me pregunté: ‘¿Cómo quiero terminar?’. La primera respuesta que se me ocurrió fue: ‘Quiero terminar con fuerza’. Entonces necesito aprender IA». Esta perspectiva del aprendizaje como un acto de superación personal debería ser uno de los primeros valores que inculquemos en nuestros hijos. La capacidad de aprender con ganas incluso en las etapas avanzadas de la vida no es solo admirable, sino esencial en un mundo que cambia continuamente.

Segundo, cómo abordan los desafíos tecnológicos. Estos adultos mayores no están simplemente aceptando la tecnología; están activamente buscando formas de dominarla. Algunos se preocupan que la IA «quite más la capacidad de usar sus propias cabezas» o podría eliminar empleos para «personas mayores que no confían en ella». Estas preocupaciones son válidas y reflejan algunas de las ansiedades que también experimentamos cuando pensamos en cómo la tecnología afectará a nuestros hijos. Sin embargo, quienes la han abrazado encuentran formas de integrarla en sus vidas de manera que mejore, en lugar de remplazar, su autonomía.

Aplicando estas lecciones en la educación de nuestros hijos

En primer lugar, fomentemos la curiosidad constante como un valor familiar. Cada vez que exploramos algo nuevo, marcamos un precedente para nuestros pequeños. En lugar de tratar la IA como un tema amenazante, podemos presentararla como una herramienta asombrosa para descubrir respuestas a sus incesantes preguntas: «¿Por qué el cielo es azul?» o «¿Cómo funcionan los dinosaurios?». La práctica educativa con la IA en entornos controlados puede ser tan fascinante como buscar tesoros escondidos.

La investigación muestra que más de 40 personas en sus ochentaños y noventa años están activamente utilizando la IA para tareas laborales o cotidianas. Este dato debería inspirarnos a integrar la tecnología en rutinas familiares controladas, ayudando a que nuestros niños desarrollen una relación saludable con el aprendizaje asistido por IA desde una edad temprana.

También debemos abordar las preocupaciones de manera realista. Al igual que algunos adultos mayores temen que la IA los haga vulnerables a estafas o haga que creamos en información fabricada, nosotros debemos ayudar a nuestros hijos para navegar el mundo digital con criterio crítico. La alfabetización en IA debe incluir no solo cómo usar la tecnología, sino también cómo cuestionarla, verificarla y aplicarla éticamente.

¿Te imaginas? Imagina a nuestra pequeña explorando conceptos científicos complejos a través de una interfaz amigable, o creando historias interactivas con ayuda de inteligencia artificial. Estas herramientas, cuando se usan con supervisión y guía, pueden amplificar la creatividad y el aprendizaje de formas antes inimaginables.

La adaptación constante y la preparación para el futuro

Otra lección valiosa es la adaptación constante. Orrin Onken, un jubilado en sus setenta años, ofrece una perspectiva sabia: «Como ávido adoptador de nueva tecnología, Onken dijo que los trabajadores deberían abrazar los cambios que trae la IA». Aquí está el corazón del asunto: quienes se adaptan mejoran. Cuando los niños pueden ver a los miembros de la familia mayores manteniéndose curiosos y adaptándose, aprenden ese mismo invaluable hábito para la vida.

¿Qué pasa con la preocupación por la pérdida de empleos para generaciones más antiguas? Mientras algunos temen que la IA «elimine empleos para ‘personas mayores que no confían en ella'», la realidad más amplia indica que las organizaciones están adoptando la IA a un ritmo sin precedentes. En realidad, para 2024, el 78% de las organizaciones en todo el mundo informaron usar IA en alguna capacidad, en comparación con el 55% solo el año anterior.

Esta adopción generalizada nos da un motivo más para preparar a nuestros hijos: no estamos solo enseñándoles una habilidad temporal, sino fundamentando su futuro profesional en un mundo cada vez más digital. Como señala una de las entrevistadas: «El mundo es realmente emocionante, y he abrazado la tecnología porque así es como vivimos».

Como padre de una pequeña exploradora del mundo, cada vez que veo esta misma curiosidad en mi hija, recuerdo las palabras de aquellos mayores que no dejan de aprender. En nuestras noches de conversación, cuando le leo historias o cuando jugamos a ser detectives del conocimiento, visualizo que no solo estoy formando su mente, sino que estoy transmitiendo un legado de audacia intelectual que trascenderá generaciones.

Así que cuando la próxima vez tu hijo te pregunte «¿qué es la IA?» o mientras exploren juntos nuevas aplicaciones educativas, recuerda: no se trata solo de enseñar tecnología, sino de inyectar en sus corazones la chispa inextinguible de la curiosidad que mantendrá vivos sus sueños y capacidades a través de todas las transformaciones que el futuro traiga.

Ver a abuelos y nietos aprendiendo juntos es un regalo inestimable. Estas interacciones no solo fortalecen los lazos familiares, sino que crean un ciclo virtuoso donde la sabiduría se transmite y la renovación se celebra. ¡Qué hermoso es ver cómo el conocimiento fluye en ambas direcciones de este puente generacional!

Ayudemos a nuestros hijos no solo para adaptarse al cambio, sino para crearlo. Y en esa misión, las lecciones de nuestros mayores son, sin duda, el mapa más sabio que podamos seguir.

Fuente: How workers in their 80s and 90s are embracing AI: ‘I want to finish strong’, Business Insider, 2025/08/31 07:45:02

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