A veces, me quedo maravillado viendo a los peques jugar. Con un par de bloques y una dosis infinita de imaginación, construyen universos enteros. Son los narradores más puros y brillantes que existen. Y justo ahora, la tecnología está dando un paso gigante en esa dirección con algo que me tiene fascinado: la noticia de que Google Labs ha nombrado a un cineasta, Henry Daubrez, como su primer «Cineasta Residente» para su herramienta de vídeo, Flow. No es solo una nota tecnológica; es una señal vibrante de un futuro donde la creatividad no tiene límites.
¿Cómo impulsa la creatividad infantil Google Flow y Henry Daubrez?
¡Esto es lo que me parece increíble! Google no está creando solo una herramienta de inteligencia artificial para hacer películas y ya. Han invitado a un creador, a un artista de verdad como Henry Daubrez, a sentarse con los ingenieros. Según su propio blog, él ayudará a «dar forma al futuro de Flow». Pensemos en lo que eso significa: es como si los fabricantes de lápices de colores invitaran al mejor ilustrador infantil del mundo a su taller para decirles: «Oye, ¿cómo podemos hacer que este amarillo sea más soleado? ¿Y este azul más profundo?».
Esta colaboración nos muestra que la tecnología debe servir a nuestras ideas, no al revés. Daubrez no es solo un usuario; es un cocreador. Ya había usado Flow para crear un cortometraje llamado Electric Pink, así que conoce el potencial y, seguramente, también sus límites. Ahora, su experiencia práctica ayudará a que la herramienta sea más intuitiva, más potente y, sobre todo, más útil para los que tienen una historia que contar.
Para nuestros hijos, esto es un modelo asombroso: la tecnología no es una fuerza misteriosa que dicta las reglas, sino una masa moldeable con la que pueden construir sus sueños. La creatividad infantil y las herramientas digitales se unen aquí de forma natural.
¿Qué aporta Flow Sessions a la comunidad de creadores?
¡Y esto mejora todavía más! Junto con el nombramiento de Daubrez, Google lanza «Flow Sessions», un programa piloto de mentoría. No se trata solo de dar acceso a una herramienta increíble y desear suerte. Se trata de crear una comunidad, de guiar, de compartir conocimientos. Daubrez ayudará a otros cineastas a explorar sus ideas, ofreciéndoles no solo acceso ilimitado a Flow, sino también formación y apoyo. Es el espíritu de la colaboración en su máxima expresión.
Como padres, esto nos toca muy de cerca. ¿No es eso lo que intentamos hacer cada día? No solo les damos a nuestros hijos los juguetes o los libros, sino que nos sentamos con ellos, les leemos, construimos juntos, les enseñamos a compartir. Este enfoque de Google resuena con ese valor fundamental: el crecimiento se acelera cuando se comparte. Imaginar un futuro en el que nuestros hijos no solo usen herramientas creativas, sino que también aprendan de otros y enseñen a otros, en una comunidad global de pequeños grandes creadores… ¡se me pone la piel de gallina de la emoción! La creatividad infantil florece en entornos colaborativos.
¿Cómo fomenta la narrativa interactiva proyectos como La Puerta Encantada?
Aquí es donde mi corazón de papá casi rebosa de alegría. Uno de los proyectos de Henry Daubrez se llama The Enchanted Door (La Puerta Encantada). La idea es que los usuarios puedan «saltar dentro de la historia y decidir qué sucede después». ¿Nos damos cuenta de la maravilla que es esto? ¡Es la materialización del «¿y qué pasaría si…?» que alimenta la infancia!
Esto transforma el acto de ver una película de una experiencia pasiva a una aventura interactiva y creativa. Ya no eres un simple espectador; eres un participante, un codirector. Esto me inspira a llevar esa idea más allá de la pantalla. ¿Qué tal si lo convertimos en un momento familiar esta misma noche, como cuando jugamos a inventar cuentos en el salón? Podemos empezar una historia: «Caminando por el bosque, encontramos una pequeña puerta brillante en la base de un árbol…». Y luego, por turnos, cada uno decide qué pasa cuando se abre. No se necesita tecnología, solo esa chispa de curiosidad que proyectos como este nos recuerdan que debemos avivar. Es una forma fantástica de enseñarles a nuestros hijos que sus decisiones importan y que tienen el poder de dar forma a la narrativa. La creatividad infantil se nutre de estas experiencias.
¿Cómo cultivamos a los narradores del futuro con herramientas digitales?
Entonces, ¿qué hacemos con todo esto? ¿Nos apresuramos a buscar herramientas de IA para nuestros hijos? Quizás, pero creo que la lección más profunda es otra. La llegada de herramientas como Flow, guiadas por creadores como Daubrez, nos recuerda que nuestro trabajo como padres no es enseñarles a usar un software específico. Es cultivar las habilidades que son eternas: la curiosidad insaciable, la empatía para entender otras perspectivas, el coraje para contar su propia historia y la capacidad de colaborar con otros.
Estas herramientas son amplificadores. Un niño curioso con Flow podrá explorar mundos que antes eran inimaginables. Un niño empático podrá crear historias que conecten profundamente con los demás. Un niño valiente podrá compartir su voz única con el mundo entero. La tecnología es el megáfono, pero la voz, el mensaje y el corazón siempre serán suyos. Nuestro papel es ayudarles a encontrar esa voz y a creer en ella con todas sus fuerzas. El futuro no es de quien mejor maneje la IA, sino de quien tenga las historias más humanas y conmovedoras que contar. Y eso, amigos míos, es un futuro increíblemente esperanzador. La creatividad infantil y las herramientas digitales pueden coexistir para enriquecer la narrativa.
¿Cómo podemos, hoy mismo, animar a nuestros hijos a ser narradores de sus propias vidas?
Fuente: Flow Sessions Launch: Meet Our First Filmmaker in Residence, C Sharp Corner, 2025/09/04