A veces, mientras veo a mi hija construir un universo entero con solo unas pocas cajas de cartón y una imaginación desbordante, me quedo maravillado. En su pequeño mundo, ella no solo juega; ella crea, dirige y es dueña de su propia alegría. Y justo el otro día, mientras el sol de finales de verano entraba por la ventana con esa calidez que promete nuevos comienzos, leí una noticia sobre Martin Mignot, un inversor que vio el futuro en empresas como Deliveroo y Figma mucho antes que nadie. Sus consejos iban dirigidos a la Generación Z, hablando de cómo hacerse millonario. Pero, ¿y si te dijera que su mensaje esconde un tesoro mucho más valioso para nosotros, los padres de niños más pequeños? No se trata de dinero, ¡sino de una mentalidad que podría dar forma a su futuro de una manera espectacular! Es una perspectiva que me llenó de energía, y no puedo esperar a compartirla.
¿Cómo Fomentar la Mentalidad Emprendedora en Niños?
El consejo principal de Mignot para los jóvenes es simple y poderoso: «Se trata de poseer capital (equity), esa es la clave». ¡Es un concepto que me voló la cabeza! Al principio, la mente vuela hacia acciones y finanzas, pero si lo miramos con ojos de padre, el significado se transforma en algo mucho más profundo. Para nuestros hijos, «poseer capital» no es tener una participación en una empresa; es tener una participación en sus propias ideas.
Piénsalo. Cuando mi hija pasa una hora entera diseñando el fuerte de cojines más épico que hayas visto, con compartimentos secretos y una entrada exclusiva para el gato, ella es la fundadora, la arquitecta y la directora ejecutiva de su propio reino de felpa. Siente un orgullo inmenso porque es *suyo*. Esa sensación de autoría, de haber traído algo al mundo que antes no existía, es la semilla del espíritu emprendedor. ¡Es darle el volante de su propia creatividad!
Fomentar esto es más sencillo de lo que parece. Se trata de celebrar sus proyectos, por pequeños que sean. En lugar de decir «qué bonito dibujo», podemos preguntar: «¡Wow! ¿Qué historia nos cuenta este personaje que has creado? ¿A qué mundo pertenece?». Les enseñamos que sus ideas tienen valor, que sus creaciones importan y que ellos son los dueños de esa magia. Ese es el verdadero capital que les acompañará toda la vida.
¿Creador o Colaborador? Roles Clave en el Desarrollo Infantil
Mignot habla de dos caminos para alcanzar el éxito en el mundo de las startups: ser el fundador (una opción de alto riesgo y alta recompensa) o unirse a una empresa prometedora en sus inicios. Y, ¿no es fascinante ver cómo nuestros hijos exploran estos dos roles en sus juegos cada día?
Un día, en el parque, mi hija es la que inventa un juego completamente nuevo, con reglas complejas que solo ella entiende al principio, y consigue que todos los demás niños se unan con entusiasmo. ¡Es una fundadora nata! Al día siguiente, quizás se une al proyecto de un amigo para construir la presa más grande en el arenero, aportando ideas brillantes para reforzarla con palos y hojas. En ese momento, es una colaboradora clave, una empleada número dos que hace que la visión del fundador sea mil veces mejor.
Ambos roles son vitales. Como papás, podemos aplaudir ambas facetas. Celebrar su liderazgo cuando dirigen el juego y alabar su increíble capacidad para cooperar y mejorar la idea de otro. Al hacerlo, les damos permiso para ser flexibles, para entender que el éxito no siempre significa estar al frente, sino también saber sumar tu talento a un equipo increíble. Les enseñamos que tanto crear la visión como ayudar a construirla son formas increíblemente poderosas de dejar una huella en el mundo.
¿Cómo Aprovechar la Tecnología para Fomentar la Creatividad?
Una de las cosas que más me emocionó del análisis de Mignot es cuando dice que la Generación Z tiene una ventaja que ninguna otra tuvo: herramientas de alcance masivo como TikTok e Instagram para lanzar sus ideas. ¡Y nuestros hijos, la generación Alpha, están creciendo con esta realidad multiplicada por mil! Es alucinante ver con qué naturalidad una niña de siete años navega por una tablet o entiende la lógica de un juego interactivo.
Este dominio innato de la tecnología es su habilidad especial. Y en lugar de verlo con miedo, ¿qué tal si lo vemos como una caja de herramientas para la creatividad? Esa app de dibujo no es solo para pasar el rato; es un lienzo digital para el próximo gran artista. Ese juego de construcción de mundos no es una distracción; es un campo de entrenamiento para arquitectos y urbanistas. ¡Es pura magia esperando a ser canalizada!
Podemos ser sus guías en esta aventura. ¿Y si usamos una app sencilla para crear una película en stop-motion con sus muñecos? ¿O si le ayudamos a grabar un pequeño «tutorial» sobre cómo construir su estructura de bloques favorita? Al hacerlo, transformamos el consumo pasivo de tecnología en una producción activa y creativa. Les enseñamos que las herramientas digitales no son solo para ver, sino para *hacer*, para compartir su voz y sus ideas con el mundo. ¡El potencial es absolutamente explosivo!
¿Cómo Enseñar a los Niños a Ver el Valor Real?
Hay una anécdota increíble que cuenta Mignot. Invirtió en Deliveroo cuando su página web era, en sus propias palabras, «terrible y fea». ¿Por qué lo hizo? Porque la experiencia de entrega, el núcleo del servicio, era «increíble». ¡Qué visión! Vio más allá de la fachada y reconoció el valor real. Esta es, quizás, la lección más importante que podemos transmitir a nuestros hijos.
Vivimos en un mundo que a menudo valora más la apariencia que la sustancia. Pero podemos entrenar a nuestros pequeños a ser buscadores de diamantes en bruto. A enseñarles a mirar con el corazón y con la mente, no solo con los ojos. Esto se practica en el día a día. Cuando un amigo de la escuela parece un poco diferente pero tiene un corazón de oro. O cuando un libro tiene una portada aburrida pero esconde la aventura más emocionante.
Podemos hacerles preguntas que fomenten esta visión: «¿Qué es lo que más te gusta de este juguete, aunque esté un poco viejo?», «¿Qué crees que hace especial a tu amigo?». Así, construimos su capacidad para el pensamiento crítico y la empatía. Les enseñamos a identificar la calidad, la autenticidad y el potencial donde otros solo ven imperfecciones. Esa habilidad para detectar el verdadero valor es lo que diferencia a los que siguen las tendencias de los que las crean.
¿Cómo Cultivar Resiliencia y Curiosidad en Nuestros Hijos?
Al final, todo esto no va de criar al próximo millonario. ¡Para nada! Va de algo infinitamente más grande: criar seres humanos curiosos, valientes y resilientes. Mignot menciona que ser fundador es la opción de más alto riesgo, y las estadísticas lo confirman. Un estudio de Nature.com señala que la tasa de supervivencia de las startups es baja. El fracaso es parte del camino.
Por eso, la resiliencia es la habilidad especial definitiva que podemos regalarles. ¿Y cómo se cultiva? Permitiéndoles fallar en un entorno seguro y lleno de amor. Cuando la torre de bloques se derrumba con un estruendo, nuestra primera reacción puede ser correr a ayudar. Pero, ¿y si en vez de eso, nos sentamos a su lado y decimos con una sonrisa: «¡Vaya! ¡Eso ha sido una caída espectacular! ¿Qué hemos aprendido? ¿Probamos con una base más ancha esta vez?»
Celebramos el esfuerzo, no solo el resultado. Aplaudimos el intento audaz, aunque no salga perfecto. Así, el fracaso deja de ser un monstruo temible y se convierte en lo que realmente es: un maestro. Estamos cultivando un jardín en el que pueden florecer la creatividad y la valentía, sabiendo que si una rama se rompe, tienen la fuerza para volver a crecer. Y verlos florecer, con sus ideas y su pasión… ¡ese es el mejor retorno de la inversión que un padre podría desear!
Fuente: Millennial investor behind Deliveroo, Scale AI and Figma made millions in his 20s—he shares how Gen Z can spot a startup that’ll make them rich too, Fortune, 2025/09/07 09:00:00