
¿Recuerdas esa mirada de asombro cuando tu peque descubrió que podía ‘deshacer’ su garabato con solo un toque? ¡Esa carita radiante es un recuerdo que guardo en mi corazón! Pero también hay días donde dudo: ¿cuándo pasa de ser magia a ser solo pantalla? Confieso que al principio yo también me frustraba con tanto tiempo frente a pantallas, hasta que entendí que podemos ser aliados, no enemigos. Vamos juntos a destapar algunos mitos y encontraremos ese punto dulce donde creatividad y tecnología bailan como amigos.
De espectadores a creadores: Apps que transforman el ‘consumo’ en experimento
La clave está en elegir herramientas donde ellos sean directores, no público. Imagina esto: como esas noches en que grabábamos teatrillos con el móvil, cuando ven su historia editada con efectos especiales caseros, su mente hace clic. No es lo mismo ver dibujos animados que crear sus propios personajes con aplicaciones de animación sencilla. ¿El truco? Buscar programas que exijan toma de decisiones: ‘¿Qué fondo elijo para mi cómic digital?’, ‘¿Cómo mezclo estos sonidos para mi cuento?’ Ahí trabajan el músculo creativo igual que al construir fuertes con cojines.
Hay que tener cuidado con las apps demasiado automágicas, donde todo se hace con un solo clic porque entonces no están creando, solo siguiendo instrucciones. Preferimos aquellas donde deban resolver problemas: ‘¿Cómo hago que este personaje salte más alto en mi juego?’ Es el mismo reto que al construir una torre de cartas, pero con sonidos de robots.
El cincel digital: Cuando la pantalla amplía sus herramientas, no las reemplaza
Sabes qué… imagina a tu hijo modelando arcilla virtual en 3D antes de tocar la real. ¡Es como tener un taller infinito! Conocí a una niña que diseñó su pulsera en una app de joyería y luego la creó con cuentas. La tecnología fue su borrador mágico. Pero siempre recordamos: Lo digital prepara el terreno para lo tangible. Después de dibujar dragones en la tablet, salimos al parque a buscar texturas de escamas en los árboles, como cuando mi abuela me contaba historias coreanas de criaturas míticas.
¡Nuestra rutina creativa es una bomba de energía!: 30 minutos de app de música creación + llevar lo compuesto al xilofón real. Así ven cómo lo abstracto se hace concreto. Las mejores apps son puentes, no destinos.
Códigos y acuarelas: Programar es el nuevo ‘juego de bloques’
‘Mamá, hice que el gato baile al revés’. Ahí estaba, mi hijo de 6 años cambiando parámetros en ScratchJr. Programar no es solo para adolescentes; las apps visuales enseñan lógica como antes enseñábamos con rompecabezas. Arrastrar bloques de código es el Lego del siglo XXI. Lo fascinante es verlos aplicar esa lógica después a problemas reales: ‘Si escalo rápido en el juego, ¿por qué no intentarlo en el rocódromo?’
Crear juntos un cuento interactivo donde las decisiones cambian la historia: tecnología que ejercita la empatía. Cada ‘si… entonces…’ en la pantalla refleja esos ‘¿qué pasaría si…?’ que tanto preguntan antes de dormir.
Volver a lo analógico con chips en el bolsillo: Rituales post-pantalla
Tras crear mundos digitales, los plasmamos en papel. ¿Nuestro ritual? Cuando guardan la tablet, abren la ‘caja mágica’ con materiales reciclados para construir lo que imaginaron. Esa caja es su ‘restaurar fábrica creativa’. Ahí nace un cohete de rollos de papel que antes fue pixelado, o el dinosaurio de plastilina que programaron para rugir.
¿No es maravilloso ver cómo lo digital y lo analógico se fusionan en sus pequeñas manos creativas? El mejor filtro parental es la complicidad: ‘¿Me enseñas lo que hiciste hoy?’ Mientras muestran su obra digital, dibujamos juntos versiones en papel. Así ven que ambos formatos tienen magia. El equilibrio perfecto no es 50%-50%, sino que cada uno alimente al otro. Al final del día, lo que realmente importa es que nuestros hijos crezcan sabiendo que la tecnología es solo otra herramienta en su caja de creatividad, una que puede amplificar su imaginación pero nunca reemplazar la magia de crear con sus propias manos y corazón.
Fuente: Solving Tech Debt With AI + Graph, Forrester, 2025/09/10