¿Aprendiz o Maestro? Cómo la Tecnología Nos Une con Nuestros Hijos

Un momento en el que la familia se conecta sin pantallas

Hay un instante, cuando el último aparato deja de vibrar, en que se crea ese espacio. El de la pregunta que nos hizo la más pequeña mientras miraba al asistente virtual: «Papá, ¿por qué esa máquina limpia, pero no nos abraza?»

En ese silencio compartido sentimos lo mismo que cualquier familia: ¿Cómo nos mantenemos como ancla mientras los niños navegan lo que ni nosotros terminamos de entender? Las escuelas debaten, los gobiernos legislan, pero en esta casa, donde creamos comunidad, cada pregunta nos une a ellos y a la esencia que nos define.

¿Qué es lo que no se repite cuando los niños exploran el mundo digital?

Me conmueve cómo, en cada momento, se conmueve tu corazón. Cuando los niños recorren las pantallas con la misma curiosidad con la que abren un libro de cuentos, ¿no es como si se nos abrieran también a nosotros? ¿Lo que nos importa no es lo que aprenden, sino lo que no se repite?

No es la habilidad de presionar botones, sino el amor con el que nos preguntan: «¿Porqué estas cosas, papá?». La tecnología nos enseña a responder, pero la ternura con la que los niños preguntan nos recuerda que somos compañeros, no maestros.

¿Qué es la alianza, queremos, que nos une a los dos?

Padres reflexionando sobre tecnología con sus hijos

«¿De qué sirve, verdad, si no estamos aquí para acompañar los cambios? No es lo digital, sino nosotros, los que estamos juntos.»

¿Cómo nos sostenemos cuando nos cuesta a nosotros mismos manejar el mundo digital? Tendremos que aprender a ayudar a los chicos, con lo que a nosotros también nos cuesta. Y en esa confianza común, encontramos no solo el equilibrio, sino la comunidad que nos une con sus sueños.

¿Qué se siente, cuando la mesa se desconecta y la familia se conecta?

Hay una parte de la noche que nos pertenece, la que nos recuerda que en el silencio de los aparatos, los niños brillan, como si se les abriera un espacio para su propia voz. Nos preguntan, entonces, desde la curiosidad: «¿Cómo vivían, antes, cuando no había tanto internet?»

En ese momento, miramos, los ojos hacia los ojos, y nos reconocemos, amor, y con la misma fuerza que nos ha sostenido, respondemos: «No tenemos que prepararlos para que sean solos, sino que podemos construir juntos».

Fuente: How AI could upskill and future-proof Kiwi secondary school students, NZ Herald, 2025-09-27

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