¿Cómo encontrar el equilibrio con la IA en la familia?

Madre y padre reflexionando sobre tecnología mientras la hija duerme en su habitación

¿Te ha pasado alguna vez? Esa noche, después de apagar las luces del cuarto, quedarte pensando en la mesa… ¿Con esa pregunta que nos queda en el aire a todos los padres modernos? ¿Cómo hacer que la tecnología no sea un intruso, sino una compañera, respetuosa de la infancia de nuestros niños? La respuesta está en esas pequeñas decisiones diarias, en las que aprendemos juntos, ¿verdad?

La tecnología como extensión de la curiosidad

Familia experimentando con ciencia en la cocina usando un dispositivo móvil

¿Recuerdas aquel día en que usaste una app para traducir algo sobre cómo vive el agua? Y luego, ¿qué pasó? El niño pidió, sin más, un vaso y una cucharita para entender por qué unas cosas son saladas y otras no.

En ese momento, la tecnología se volvió algo mágico pero real, ¿sabes? una herramienta que nos guía, no al miedo, sino a la puerta de la cocina donde jugar y experimentar. La IA no es un oráculo, sino una brújula, que nos dice: ‘Mira, las preguntas son las mismas, solo que ahora… ¡vamos a jugar con ellas!’

Con los robots de cartón bajo la mesa

Familia construyendo robots con cajas de cartón y pinturas de colores

La vez que aquellas cajas de zapatos se convirtieron en un robot, gracias a una idea que vio en un video… ¿Qué nos enseñó? Fue esa lección tan simple, que no se escribía, pero se sentía: la crianza, incluso con la IA, no es perfecta. La maravilla está en el proceso.

Y en medio de ese juego, ¿sabes qué aprendimos?

Y cuando el niño, frustrado al ver que su creación de cartón no se movía sola, recibió, palabra por tu palabra, esa enseñanza: ‘Pero no importa, ¡hasta los robots de verdad necesitan que les enseñen a escuchar, como nosotros nos escuchamos en la familia!’

¿Dónde está el equilibrio?

Padre y madre conversando con su hijo adolescente en la mesa familiar

Llegado cierto punto, como padres, es inevitable preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo nos aseguramos de que la tecnología no solo no sea adversaria, sino que nos ayude, pero no nos reemplace? La respuesta está en la cocina… qué bien, en esa mesa de siempre.

En las conversaciones que surgen débiles, explosivas, tiernas. No es una fórmula, sino una práctica. Esa que, en este momento, como padres, hacemos, y que nos trae, exactamente, hacia donde nos queremos: un lugar donde la IA es nuestro compañero viajando con nosotros, pero no un pasajero que toma el volante.

¿Cómo lo logramos, día a día? Con la misma confianza que nos enseñamos a nosotros mismos, como los padres que somos los líderes en esta aventura.

¿La IA, aliada, no enemiga?

Familia caminando de la mano en un parque con dispositivos en sus mochilas

¿Qué nos pasa, entonces, que nos preocupa cuando la IA entra en la escuela? ¿Cuándo hace los deberes? ¿Cuándo informa? No es una preocupación, es una oportunidad. La clave es la misma que nos enseñamos, día a día, en la mesa de la cocina.

La responsabilidad, en la crianza, no es solo la de los hijos, sino la nuestra. ¿Cómo prepararnos a nosotros mismos como guías, para que los niños no se dependan, sino que se apoyen, con la misma sabiduría que llevan, en la tecnología?

La misma que, en nuestro tiempo, nos enseñaron para usar la biblioteca. Esa mesa donde no solo comemos, sino donde aprendemos juntos, donde la tecnología se convierte en otra herramienta más para construir recuerdos, ¿no crees?

Fuente: AI Optimism To Retail Investors Push: Three Factors Fuelling China’s Stock Market Rally, NDTV Profit, 2025-09-27

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