Ese Momento en Que Ella Se Queda Mirando la Pantalla

Madre reflexionando junto a sus hijos en la cocina

¿Recuerdas la última vez que la viste mirando silenciosamente la pantalla del móvil mientras los niños jugaban? La luz entraba por la ventana, pero en sus ojos se veía una duda: ¿Estamos protegiendo realmente lo que más importa? En ese momento, comprendí algo. La crianza digital no es solo control parental, sino ese abrazo invisible que tejemos alrededor de nuestro mundo digital mientras caminamos, a veces temblando, pero siempre juntos.

¿Cómo acompañar sin controlar?

Madre e hijo aprendiendo juntos con tecnología

¿Recuerdas cuando el primer dispositivo llegó a casa? Uno de nosotros se quedó en la habitación del niño una hora más de lo habitual, mientras la pantalla del móvil se iluminaba con su cara. La vi dudando con el dedo sobre el botón de restricciones parentales. ¿Y si no es suficiente para protegerlos?, me preguntó esa noche.

Poco después, el hijo mayor le preguntó: Mamá, ¿qué es un phishing? En lugar de responder, los dos se sentaron juntos, buscando, aprendiendo, riendo incluso. Ni controlar absolutamente, ni abandonar. La seguridad online no fue solo cuestión de configuraciones, sino ese espacio compartido donde aprendemos juntos.

No es una carrera contra la tecnología, sino una danza. ¿Y qué mejor que bailar juntos, aunque no siempre sepamos el paso?

El Equilibrio: ¿Es tiempo de límites, o de tiempo compartido?

Familia cenando sin tecnología

Las discusiones sobre el tiempo de pantalla… ¿Quién no las ha sentido? ¿La hora de la cena con la tecnología? Ella, en ese momento tan especial, haciendo una pequeña pausa en la cocina con las manos en la cintura, dijo: ¿Qué tal si hoy hacemos la cena sin tecnología? … y luego nos vemos, juntos

En ese momento nuestra mirada se cruzó y comprendí: el equilibrio no es una guerra, sino un pacto diario de cariño. Algunos días, simplemente volvemos a la calma. Y, aunque no se logre, el esfuerzo vale la pena. ¿Qué están construyendo sino un hogar digital?

El ejemplo más importante: cuando nos miramos al espejo digital

Padre reflexionando sobre su uso del móvil

¿Recuerdas aquella vez que nos quedamos en silencio durante la cena? Ella levantó, mostrando, con una sonrisa: ¿Cómo quieren, que los niños aprendan, que nosotros, los adultos, solo estamos? ¿Qué nos enseñó ese momento? Que el ejemplo es más contundente que cualquier sermón.

No es una tarea, sino un proceso. Cuando nos damos cuenta de esto, en la crianza digital saludable, nos permitimos crecer junto a ellos. ¡Aprendices de la tecnología, pero maestros del corazón!

¿Caminos o soluciones?

La crianza digital saludable no es una meta, sino un camino que compartimos, y que nos permite crecer, como padres, como familia, y como personas.

Al final de la noche, cuando los niños dormían, ella propuso: ¿Qué os parece que el próximo domingo hagamos una excursión sin tecnología? Nadie, esa noche, supo con certeza la respuesta. ¿Pero no es eso precisamente lo que más importa? Avanzar con preguntas, no con certezas.

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