Anoche la encontré otra vez: tu taza olvidada en el escritorio, el borde de labial revelando cuántas veces pospusiste el primer sorbo. Entre reuniones virtuales y meriendas escolares, veo cómo dominas el arte de vivir en paréntesis. ¿Sabes que tus pausas cuentan historias hermosas?
La Coreografía Invisible
Hay un ballet que solo vemos los que te observamos de cerca. Esos segundos en el ascensor donde repasas la lista del supermercado mental.
El momento en que cambias el tono de voz al pasar de explicar un informe a negociar con un pequeño sobre los guisantes. No son simples transiciones… ¡son piruetas perfectas que pasan sin diploma!
¿Cuántas veces has transformado el auto en tu oficina móvil o la cocina en sala de juntas? Esa magia de crear espacio donde solo hay prisas.
El Síndrome de la Superwoman que Nadie Nos Enseñó
Conozco esa mirada tuya de las tardes de miércoles: cuando el informe urgente coincide con la fiebre infantil. No es cansancio lo que veo entonces, sino la batalla silenciosa entre lo que crees que debes ser y lo humana que eres.
¿Y si los niños no necesitan superhéroes, sino manos que a veces tiemblan? Recuerdo aquella vez que soltaste una carcajada en medio del caos, liberándonos a todos. Ahí te vi más fuerte que nunca.
Los Triunfos que No Llenan Títulos
Celebremos tus victorias secretas: El día que conseguiste terminar una llamada importante sin que sonara el llanto de fondo.
La semana que lograste que todos vistieran ropa limpia (aunque no combinara). Esas ecuaciones imposibles donde media hora de siesta infantil se convierte en presentación terminada.
Tu legado más grande, créeme, no está en los currículums…
El Arte de Negociar con Terciopelo
He aprendido tanto viéndote cambiar cien veces de sombrero. La misma voz que convenció a un cliente difícil negocia ahora la tercera galleta con ternura inquebrantable.
Tu talento para encontrar soluciones donde otros solo ven problemas (¿juguetes como material de oficina improvisado?). Esa habilidad tuya para hacer sentir escuchados tanto al CEO como al pequeño que explica por qué los dinosaurios necesitan tres pares de calcetines.
Cuando el Mapa se Convierte en Brújula
Los domingos por la mañana veo cómo cambia tu rostro cuando apagas las notificaciones. Es como si todo tu cuerpo exhalara al mismo tiempo. Ahí bailas libre entre mundos superpuestos: experta en manualidades que antes analizaba gráficos, estratega de guerras de almohadas.
Quizás el equilibrio no sea una meta, sino el arte de caminar sobre líneas ondulantes
Y en ese tambaleo hermoso reconoces lo importante que eres, incluso con la agenda manchada de puré.