
Imaginen una noche tranquila después de que los niños duermen. El silencio del hogar, solo el eco de la jornada en el aire. Se sientan con tazas de té casi frías entre las manos. Un documental habla de cómo la inteligencia artificial transforma el mundo laboral y surgen dudas. ¿Será que cuando crezcan, todo será diferente? En ese instante, se comprende que serán su ancla en este mar de cambios. Más allá de los titulares alarmistas, están las caras de los niños al descubrir algo nuevo, su capacidad para asombrarse, esa chispa que ningún algoritmo podrá replicar. Comprender que no necesitamos saberlo todo, solo estar presentes para transformar cada duda en un puente hacia su futuro.
De las preguntas cotidianas a conversaciones auténticas
Cuando un niño pregunta si la IA podría escribir poemas mejor que una madre, no es solo curiosidad infantil, sino una mirada que nos pone frente al espejo de nuestra creatividad. Se toma esa pregunta no como un desafío, sino como una invitación a explorar juntos esa frontera entre lo humano y lo tecnológico.
‘¿Sabes qué, mi amor?’, podría decir una madre mientras abraza al niño, ‘la IA puede crear palabras, pero solo un corazón como el tuyo puede ponerles alma’.
En ese momento, surge admiración por cómo transformar estas incertidumbres en conexión genuina. No se trata de tener todas las respuestas técnicas, sino de mantener la puerta abierta a la maravilla, la capacidad de decir ‘no lo sé, pero descubramos juntos’. Es esa quietud después de la pregunta, el espacio donde florece la curiosidad, lo que realmente enseñamos. Que el valor está en atreverse a preguntar.
Transformando incertidumbres en aprendizaje crítico

Las noticias sobre sesgos algorítmicos o privacidad pueden generar ansiedad en muchos padres, especialmente por la cantidad de tiempo que se pasa frente a pantallas. Pero al transformar esos titulares en lecciones prácticas para los niños, surge conciencia.
‘¿Qué pasaría si esta foto de IA solo mostrara personas del mismo color de piel?’, se plantea durante un ejercicio juntos. No es temor, sino un pequeño ejercicio de pensamiento crítico que enseña a ver más allá de lo evidente.
En ese instante, se construye algo más importante que conocimientos estables: la capacidad de cuestionar, de dudar con salud, de no aceptar lo que se presenta como verdad absoluta. Porque en un mundo que cambia tan rápido, esa habilidad será su mayor activo.
Construyendo puentes entre lo digital y lo humano

A veces es difícil desconectar por exigencias laborales. Pero también hay momentos donde la tecnología no separa, sino que reúne. Como cuando usan una herramienta de IA para componer una canción juntos, y le digo: ‘La IA puede crear las notas, pero solo las voces unidas pueden contar esta historia’.
Entonces se equilibra lo digital con lo esencial: la conexión humana. Preparar a los niños para el futuro no se trata de dominar herramientas, sino de enseñar cuándo y cómo usarlas sin perderse a sí mismos.
La tecnología debe ser un puente, nunca un muro. Detrás de cada pantalla debe haber siempre un corazón latiendo, risas que no requieren carga eléctrica. Ese equilibrio es el regalo más grande que podemos dar.
Cultivando resiliencia en tiempos de cambio
A veces, en medio del ajetreo, se observa cómo se manejan las frustraciones cuando la tecnología no funciona como esperado. Cuando una aplicación no genera lo deseado, en lugar de frustrarse, le digo: ‘¡Qué bien! Esto nos enseña que los errores son parte del proceso’.
En esos momentos, se ve más allá de la madre o padre: se ve a la maestra de vida que guía a los niños. En un futuro donde lo único constante será el cambio, no se prepara enseñando a tener todas las respuestas, sino mostrando cómo navegar la incertidumbre con gracia.
Cada tropiezo es una oportunidad para aprender, cada desconcierto un nuevo camino por explorar. Porque al final, no importa cuánto avance la IA, siempre habrá lugar para valores que nacen del corazón: la empatía, la creatividad, el amor. Y esos son los cimientos sobre los que construiremos su futuro.
Fuente: US House Panel Examines AI’s Rapid Advances, Risks and Impacts, Pymnts, 2025-09-18
