
¿Sabes esa mirada de tu hijo cuando creó algo único? Como cuando mi hija, en esa edad en la que los crayones son varitas mágicas, me enseñó su dibujo de un gato volador hecho con purpurina y esperanza. Se lo mostré a un amigo, ¡y al día siguiente vi una versión casi igual en el cuaderno de otro niño! Esa pequeña crisis de identidad creativa… me hizo entender los debates europeos sobre derechos de autor e IA. No son solo temas de ministros en San Sebastián: son sobre proteger el alma de lo hecho a mano en un mundo que corre demasiado. Esto es la esencia de la creatividad infantil.
Después del dibujo, preparamos unos panqueques con sirope de arce, y mi hija siguió creando historias. ¿Te ha pasado algo parecido?
¿Cuándo un dibujo es más que papel?

Y me pregunté, ¿cómo conectan esas leyes con nuestro rincón de casa? En esos momentos después del desayuno, cuando la casa exhala tranquila tras la algarabía matutina, me acuerdo de la conferencia en San Sebastián. Hablaban de España necesita leyes que abracen a sus creadores, como Francia o el Reino Unido. ¡Vaya sorpresa! ¡Y no es tan distinto a lo que vivimos en casa!
Mi niña, en esa etapa donde cada hoja en blanco es una aventura, se desilusionó cuando su «gato astronauta» fue «prestado» sin permiso. ¿No es eso lo mismo que temen los cineastas españoles? Que alguien robe no solo la imagen, sino el sueño detrás.
Como decía el presidente del Cluster Audiovisual: Necesitamos una ley que proteja al creador y al producto
. Aquí, en nuestro barrio, aplicamos la regla de oro: si admiramos el dibujo de otro, preguntamos antes de imitarlo. ¿No debería ser igual en Hollywood o en el cine español?
La creatividad infantil es fundamental en cada trazo.
¿La IA es el villano? ¿Por qué necesita reglas de juego?

Imaginen esto: ayer mi hija pidió a una app de dibujo crear «un dragón que come arroz con salsa de soja». ¡Qué risa ver las propuestas! Pero luego reflexioné: ¿y si esa app usara sin permiso los diseños de artistas pequeños?
Esta fue la gran lección que saqué de aquellas charlas: ¡La inteligencia artificial puede ser como un compañero de aventuras, pero necesita límites claros! Así como enseñamos a nuestros hijos que el parque es de todos pero los columpios se turnan, Europa discute cómo regular la IA para que no devore los derechos de los creadores.
El dato que más me impactó: ¡la música y el cine podrían perder un 20% de ingresos por obras generadas por máquinas! ¿Lo imaginas en el cuaderno de tu peque? Pero ojo: la secretaria de Estado española fue contundente: «No podemos ignorarla; debemos ser competitivos». ¡Como padres, qué hacemos igual! Aceptamos los tablets, pero establecemos horarios para que no reemplacen los cuentos en la cama. La tecnología sirve cuando respeta el corazón del creador.
Así, la creatividad infantil y la innovación digital pueden convivir.
¿Dónde está el verdadero tesoro? En las manos pequeñas

Este invierno, bajo un cielo gris como el de hoy en Incheon, vi a mi niña enseñar a su amiga cómo hacer un barquito de papel. ¡No usó apps, solo sus manitos y paciencia! Y ahí está la lección que España y Europa buscan: proteger los derechos no frena la innovación, sino que la nutre.
Los profesionales en San Sebastián coincidieron: la IA creará empleos nuevos si se regula con inteligencia. ¿Recuerdan cuando planificamos vacaciones? Un buen mapa (léase: leyes claras) no limita la aventura, ¡la hace más segura! Para nuestros hijos, esto es vital: que crezcan sabiendo que su creatividad tiene valor.
Proteger hoy sus garabatos asegura que mañana creen sin miedo.
¿Más allá de las pantallas? Cultivando raíces en terreno fértil

Hoy, mientras caminamos a la escuela junto a los árboles que susurran bajo la bruma, entiendo mejor el mensaje del ministro español sobre los 44 millones de euros para el cine. No es solo dinero: es creer en las historias hechas a mano.
En casa, aplicamos lo mismo: limitamos las pantallas pero multiplicamos los momentos donde mi hija pinta, construye con bloques o inventa teatritos con sus amigas. ¡Ahí está el secreto que nadie dice! Los estudios advierten que la IA generará miles de millones en ingresos… pero solo florecerá si respetamos a los humanos que dan alma a la tecnología.
Como padres, nuestro «regulador de IA» es simple: si una app no fomenta su imaginación (como cuando juntos creamos un cuento usando stickers físicos), la dejamos de lado. Porque al final, ¿qué recordará mi niña de la infancia? No las apps, sino el olor a acuarelas mezcladas con sus risas en la mesa de la cocina.
¿Cómo cosecharemos el futuro con semillas de hoy?

En ese silencio tranquilo después de dejarla en la puerta del colegio, con su mochila llena de hojas pintadas, siento esperanza. España está creando «sandbox regulatorios» para probar leyes de IA con responsabilidad. ¡Es como cuando probamos nuevas rutinas en casa! Introducimos un juego digital, observamos cómo afecta su creatividad, y ajustamos.
La verdadera protección no es esconder el mundo, sino enseñarles a navegarlo con coraje y ética. Como dice mi abuela coreana: «Plantar árboles bajo cuyo sombra nunca te sentarás». Hoy peleamos por leyes que defiendan a los artistas, pero también cultivamos en nuestros hijos el respeto por lo creado con el corazón.
Porque cuando mi niña pregunte «¿puedo usar tu dibujo, mami?» y espere una sonrisa de aprobación… ahí, en ese pequeño acuerdo familiar, ya está naciendo el mundo que soñamos para Europa y para todos.
Source: IP Regulation in Spain and AI as a Job-Creating Force: 5 Takeaways From San Sebastián’s European Conference, Variety, 2025-09-22
