
Esa tarde en la cocina, con el café más frío de lo que recordamos, trajiste a la mesa la conversación que todos los padres hemos tenido: ¿Cómo explicar a un niño que la realidad se puede programar, pero no se debe reprogramar?
La verdadera tecnología no son los botones mágicos, sino las preguntas que hacemos juntos, abrazando la complejidad con el lenguaje de los afectos, no de los códigos informáticos
Y ahí es donde comienza nuestro viaje compartido hacia la crianza consciente.
¿Por qué los algoritmos son como nuestros perros sin dueño?
¿Recuerdas cuando caminábamos al parque y te mostré esa aplicación que nos recomendaba, cada día, los mismos dibujos? ¿Cómo te pregunté con esa voz que compartes con los niños: ‘¿Por qué este algoritmo nos mostró esto?’
Y entonces, como si fuera un juego de pelota, le dimos vuelta a la pregunta: ¿Cómo te explicarías tú mismo a un robot? Esa mirada de complicidad… ¡eso no tiene precio!
Cuando los niños nos enseñan que los algoritmos, como los perros sin dueño, necesitan guía y mano firme, surge la respuesta: ¿cómo ayudarlos a enfrentar la complejidad del mañana?
Y justo después de esa reflexión, viene la siguiente pregunta que nos hacemos todos…
¿Se puede usar IA sin que los niños usen IA?
¿Y si en lugar de ayudarnos, la tecnología estuviera aprendiendo de nosotros? ¿Qué pasaría si en vez de eso nos enseñamos a ser padres programadores, no de códigos, sino de ejemplos? Da la vuelta a la pregunta: ¿Podría la IA ser un aliado para la educación emocional?
Y como ese día mientras preparamos la merienda, te dije: ‘No sé, pero primero, ¿qué les hace sentir?’. ¡Es increíble cómo nuestros hijos nos enseñan a ver la tecnología de otra manera! Eso es lo que realmente importa.
¿Cómo construir un anticuadito digital?
Hay una parte en la familia que no se toca pero se fortalece: la conversación después de la cena donde creamos tejido.
El mismo que aprendemos cuando los niños nos enseñan que los algoritmos necesitan mano de los padres. ¿Cómo ayudarlos, sino, como dice el cariño, a enfrentar el mundo futuro?
Fuente: The AI coding trap, Chris Loy, 2025-09-28