
Imaginen un momento común: los niños dormidos, el silencio en casa, y la luz de una pantalla que refleja interrogantes inocentes. Como papás, ¿no nos preguntamos si la IA puede ser una aliada para el aprendizaje sin quitarle lo mejor de la mente infantil: la curiosidad y el pensamiento crítico? La respuesta no está en rechazar la tecnología, sino en manejarla con cuidado y buen juicio.
Cuando la IA se hace cargo de las tareas: ¿amigo o enemigo?
La pregunta que muchos padres se hacen con frecuencia: «¿Los niños deben usar ChatGPT para las tareas?». La respuesta no es sencilla. Es cierto que la IA ofrece respuestas instantáneas y explica conceptos difíciles. Pero cuidado: algunos estudios advierten que el uso excesivo podría atrofiar la capacidad de pensar críticamente.
Un niño que copia respuestas generadas por máquinas sin procesar las ideas por sí mismo corre el riesgo de perder oportunidades para desarrollar habilidades esenciales. Pero no basta con prohibir: el equilibrio clave está en usar la IA correctamente, guiando a los niños para que la vean como una herramienta complementaria, no como sustituta del pensamiento.
La tecnología no reemplaza la mente humana; debe complementarla. La clave es no dejar que la comodidad reemplace la curiosidad.
Source: Why the AI Race Is Being Decided at the Dataset Level, Smart Data Collective, 2025-09-15
