
¡Recuerdan ese momento en que la computadora corrigió un ejercicio de matemáticas y el niño prefirió aceptar la respuesta sin entender? La mesa de la cena se convirtió en ese espacio silencioso… ¿cómo guiar en este mundo nuevo?
En sus ojos brillaba la misma paciencia con que enseñaba a los niños a andar en bicicleta
Esa pregunta que nos cambió el rumbo
Bueno, pero entonces… ¿cómo cultivan ustedes esa pausa en el día a día?
La IA es como ese viejo atlas con el que buscábamos capitales juntos. Los momentos… que nos unen
El superpoder que no se automatiza
¿Qué tal si la máquina solo nos da una pista? – ¡Esos procesos son los que nadie puede programar!
No hay algoritmo que sustituya la mirada que reconocemos cuando los niños entienden algo más allá de la pantalla
¡Esa pregunta, que sonó como un juego, fue la semilla!… ¡Esos son los momentos donde la tecnología no solo ayuda, sino inspira! ¡y qué inspiración más poderosa! Se convierte en otra herramienta en la despensa
La cocina, el aula más importante
En lugar de dejar que… ¡¿Cómo podemos comprobarlo?
La educación no se acelera con la tecnología, sino que se profundiza con el momento adecuado
Fuente: Livescience, 2025-09-27
Y cada paso compartido, cada pregunta respondida con cariño, es la semilla de un futuro lleno de curiosidad y sabiduría. ¡Sigamos explorando juntos!