
La vi ayer, mientras colgaba la videoconferencia. Esos cinco segundos justo antes de apagar la cámara… ¿los has sentido? ¿Qué recuerdos deja pospuestos? ¿Cuánto valoran las empresas esa mirada que sabe que, en cualquier momento, el colegio llamará, la fiebre subirá, la vida recordará… que no somos sólo empleados? Hoy, en esta sociedad que nos exige ser progenitor y profesional, pero no siempre nos da espacio para ser ambas cosas.
La mañana que nos parte en dos
Despiertas antes de los pájaros. Preparas el desayuno mientras escaneas los correos urgentes. Esa hora en que su cuerpo de niña necesita tu abrazo… y tu mente necesita el silencio para preparar la reunión de las 9:00. ¿Cómo equilibrarlo? ¿Cómo dividirte entre los bocadillos y la presentación? Y cuando lo haces, por la noche, cuando todo parece estar en su lugar… ¿sientes esa sensación de que se te olvidó saborear el momento?
Esa es la batalla de los días en que trabajamos como si no tuviéramos hijos… y criamos como si no tuviéramos trabajo.
El reloj que no se sincroniza
Imaginemos que existe una vida donde la conciliación laboral y familiar fluye, pero la realidad dice: ¡No hay espacio! Cuando las 8:00 horas de la jornada laboral se mezclan con las 7:4 horas de trabajo doméstico que según los datos de Colombia recaen en las mujeres. Los sistemas no están hechos para quienes equilibran el trabajo y la crianza.
\»No hay planes para ser superpadre y superjefe a la vez\». La contradicción del sistema que exige, pero no se compromete
La culpa que no se declara
Y la culpa… ¿qué hacemos con ella? Cuando nos proponen una reunión tan importante, pero también es la semana de la presentación de su clase. Vivimos en un sistema que genera presión social haciéndonos sufrir por no llegar a lo ideal.
¿Sabes que en esos momentos en que te das permiso… no es debilidad, ¡es un momento de autocuidado que necesitas para cuidar mejor!
Cuando el camino tiene dos caminantes
\»¿Qué buscan nuestros hijos de nosotros?\» Padres felices, no perfectos. Cuando compartimos la carga con pequeños gestos, enseñamos a corresponsabilizar y nos damos la oportunidad de respirar.
La fuerza de las pequeñas batallas
Mañana es otro día, otra oportunidad para encontrar esos pequeños momentos de conexión que lo hacen todo valioso. ¡Tú puedes!
Fuente: INCLUSION 2025, Technode, 2025-09-29