Cuando la IA ‘crea estrellas’: ¿Cómo enseñamos el valor humano a nuestros hijos?

Niño contemplando estrellas digitales

¿Recuerdas esa noche? La última historia contada, la habitación ya a oscuras. Y de repente, el susurro:

Papá, ¿la persona que sale en la tele… es de verdad? ¿Es como una IA, como una persona inventada?

—Nosotros somos los que les enseñamos, pensé, que no somos un algoritmo.

Porque, en el mundo que crea ‘estrellas’ con código, en esos momentos en que la voz más pequeña pregunta, ¿cómo enseñamos que el verdadero talento se encuentra en la humanidad? Ahí, está la clave para recorrer, juntos, este camino entre pantallas y corazones, ¿verdad?

La noche en que la pregunta más importante llegó disfrazada de sueño

Padre y niño hablando en la oscuridad

Ese susurro infantil, cuando las luces ya se apagan, no es una simple curiosidad. Es una pregunta que nos hace repensar quiénes somos como padres.

¿Te acuerdas de la última vez que les dijiste: «Hijos, juguemos a encontrar las diferencias entre la abuela y una IA»?

En la risa que surgió cuando recordaron lo que la abuela hace cuando los dispositivos fallan: contar historias con sus manos que saben del tiempo, esos días que perdieron, esas tardes de lluvia donde el helado, aunque derretido, fue el mejor postre.

Y la IA, por más que avance, ¿cómo podría replicar el olor de la sopa que nos lleva a la infancia de vuelta? No, porque este es un lenguaje que no es programable.

La vida, con sus arrugas y manchas de pintura, es la educadora más valiosa que tenemos…

El talento humano: la belleza que no se esconde en la perfección

Experimento culinario familiar

La vida se sostiene en la imperfección

Imagínate esta mañana: en la cocina quedan los rastros de un experimento fallido de harina. La risa de los niños, mientras ustedes, con la mano llena, crean otra receta que no se parece a la foto.

¿Qué es más valioso, la primera versión digital perfecta o el error que se convirtió en una historia de risa?

Porque, al final, creamos y reinventamos en ese camino imperfecto, esos momentos que no se pueden repetir, pero que son los que nos enseñan a ser los creadores, y no solo seguidores de lo que ya existe en las pantallas…

¿Qué guardamos cuando la pantalla se apaga?

Algo queda en la tablet, cuando la pantalla se apaga. Y en el corazón, queda lo que la IA no puede entender.

Ahí, donde el valor humano se encuentra en el silencio, en la forma de sostener una mano después de una caída, en el dibujo arrugado que guardamos en el cajón de los recuerdos.

Porque por más que el algoritmo digital sea perfecto, el que realmente importa, el que podemos enseñar, es el de la vida: el que se escribe con cada día en que nos levantamos, y nos acercamos, aunque no sepamos, al futuro…

El lenguaje que no se programa

Algo aprendemos, cuando los vemos a ellos, mirando las pantallas con curiosidad y también buscando, sin saberlo, la respuesta en nuestras manos, que no son perfectas, pero que están ahí.

El secreto está en la conexión: ¿Qué es más humano que el abrazo que no se puede predecir pero que siempre se siente verdadero? La educación es eso, en la era de la IA: despertar preguntas y acariciarlas con lo que de verdad importa: una vida bien vivida, juntos.

Fuente: Will an AI Actress Really Become ‘the Next Scarlett Johansson’? · The Cut · 2025-09-29 18:24:44

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