Existe un minuto mágico entre el día que se desvanece y el sueño que aún no llega. En ese silencio de tazas con café olvidado, descubrimos que somos cómplices. Somos los que recogen migas de la última cena, los que olvidan las llaves de casa pero nunca las de la oficina, los que conversan en miradas de calendario y sonrisas robadas. Mañana, cuando el mundo aún no esté despierto, volveremos a bailar. Esta danza de la que no hablamos, ¿no será la verdadera melodía del amor?
El Ritmo que no se Ve en el Reloj
Hay ciertos gestos que hablan más que el contrato. Las manos que preparan reuniones, pero también las que buscan el osito perdido a tientas en la oscuridad. El mundo no se detiene, pero nosotros, cuando nos miramos, renovamos un pacto sin palabras.
\»En el silencio de la mañana, cuando los abrigos se abrochan, ya sabes: el otro día está en marcha, con sus dibujos en el refrigerador, y el trabajo que espera pero siempre nos deja espacio para el pan milagroso.\»
Y esos dos minutos robados entre el café que se ha quedado, pero que no se toma, son más que un abrazo. Son el tiempo de los que saben
Los Colores del Calendario que Nos Une
En la pared donde antes se colgaban sueños, ahora está el calendario con sus múltiples colores. Cada uno cuenta una historia compartida: partidos, reuniones, viajes, y días sin marcar. ¿Qué es leer el amor, sino entender la sincronización de dos almas?
En las noches con el teclado iluminando la habitación, ya siento que estás ahí.
\»El café preparado para la mañana es la declaración del amor que trabaja en silencio.\»
El Equilibrio que no se Busca, se Vive
Cuando el niño dice que quiere quedarse, ya sabemos que ambos existimos en el trabajo y en las historias de cinco minutos antes de dormir.
\»El equilibrio es un baile, no una línea.\»
Dos cuerpos moviéndose juntos: adelante y atrás, pero siempre en el mismo sueño compartido.\»
El milagro cotidiano no se busca, pero siempre está ahí: en el dibujo, en el fideo compartido, en la cama deshecha. ¡Es nuestro hogar! construido con los pequeños logros, las miradas robadas, y el café que siempre espera.