
Vamos, admitámoslo… ¿Cuántas veces hemos visto esa mirada de preocupación en nuestra pareja mientras desliza el dedo sobre el móvil? Es esa pausa minúscula cuando el niño pregunta sobre una nueva aplicación, o cuando decidimos juntos si ese límite horario es suficiente para protegerle en el mar digital. ¿No es la tecnología algo más que un juguete? Nos ha tocado aprender a navegar juntos este terreno familiar, sin prisas pero con la luz de la guía compartida que solo surge de la confianza, ¿no crees?
¿Cómo proteger a los niños en internet?
Nos sentamos en la mesa del comedor, como cada noche, tras acunar los sueños infantiles. ¿Qué fue lo más difícil hoy? Surge, espontáneo, como un susurro: «Mi hijo preguntó por qué su amigo puede usar el móvil a estas horas. ¿Cómo explicarle, sin romper esa confianza tan valiosa, que el «no» es un escudo con forma de amor?»
Ahí, reconociendo nuestro reflejo en esa duda. ¿Cómo encontrar el equilibrio entre el control de los peligros digitales y su derecho a explorar el mundo? ¿No sería más sabio, acaso, construir una charla diaria sobre datos y seguridad durante la merienda de los domingos?
La privacidad de los niños en redes sociales
Recuerdo, claramente, aquella vez que nos pidieron permiso para subir fotos familiares. ¿Cuántos datos están detrás de un recuerdo, a simple vista inocente? ¿Cómo nos miran nuestros hijos, cuando nosotros, sin saberlo, exponemos fragmentos de su mundo interior como si fueran simples postales?
La educación digital no es un botón que se ajusta, sino una conversación que se adapta, como el abrazo que crece con ellos, a cada paso de la vida.
¿Cómo absorber este peso de la crianza, sin perder la confianza en el acceso a la tecnología? ¿No es una invitación, en realidad, a caminar juntos, con los zapatos de la confianza?
Los riesgos de internet: más allá de lo que sabemos
¿Qué guardamos, realmente, los padres, cuando el niño abre sin miedo su dispositivo móvil? ¿Qué es más grande: nuestra preocupación por su futuro, o el miedo a no haberles preparado, al menos, con las herramientas adecuadas? ¿Cómo se sostiene, sin quebrarse, el equilibrio entre el amor y la sobreprotección?
Los niños, en su claridad, nos enseñan algo más que normas: la educación digital no es muro, sino casa. ¿Y qué es una casa sino una puerta abierta al mundo, con la intimidad, la seguridad y ese amor, que siempre, siempre, nos espera tras la pantalla apagada?
Fuente: AI is ready to read our minds. Will the law help us keep our thoughts private?, Livemint, 2025-09-23