Shawn Shen, el joven fundador de Memories.ai, dejó Meta porque las reorganizaciones constantes hacían sentir su trabajo ‘una pérdida de tiempo’. Esto me hace pensar en cómo nosotros, como padres, navegamos con nuestros pequeños en un mundo donde la tecnología avanza a velocidades vertiginosas. ¿Cómo explicamos que incluso los trabajos tecnológicos más brillantes pueden ser inestables? Y más importante: ¿qué podemos hacer para que crezcan sin miedo al cambio?
¿Cómo afecta la inestabilidad laboral a nuestros hijos?
Los estudios muestran claramente: las reorganizaciones frecuentes afectan la estabilidad en el trabajo, el bienestar psicológico y hasta aumentan las intenciones de renunciar, como revela este estudio. Pero, ¿cómo afecta esto a los niños? Imaginen que cada mes cambia la maestra de su hijo o el lugar donde juegan en el recreo. Sería desorientador, ¿verdad?
Por suerte, en el colegio hay estabilidad… mientras que en el mundo profesional, no siempre. Por eso, es clave enseñarles a manejar el cambio sin ansiedad: no como caos, sino como oportunidad para redescubrir. Cuando nuestro pequeño pregunta ‘¿por qué papá/mamá tiene nuevo jefe otra vez?’, respondemos con calma: ‘A veces las cosas cambian, ¡pero aquí en casa siempre somos tu refugio!’. Así transformamos la inseguridad ajena en seguridad propia.
¿Cómo cultivar resiliencia en la era digital?
¿Recuerdan cuando planeaban un día en el parque y llovía? En vez de frustrarse, improvisaban: juegos de mesa creativos o cocina divertida juntos. Esa adaptación espontánea es resiliencia. ¿Y saben qué? Aplicamos esto a la tecnología: si una app educativa cambia su interfaz, exploramos juntos con curiosidad. ‘¡Mira, ahora hay un nuevo camino! ¿Qué crees que descubriremos?’.
Con los niños de 7 años, convertimos los cambios en pequeñas aventuras, no en amenazas. Y lo más valioso: reforzamos que, pase lo que pase, la familia es su ancla. Un truco sencillo: al final del día, pregúntenles ‘¿qué cosa nueva aprendiste hoy que antes no sabías?’. Así celebramos la adaptabilidad como logro, no como fatiga.
¿Cómo equilibrar tecnología y crianza en la era de la IA?
Shen construye una IA que ‘ve y recuerda’ como humanos. ¡Fascinante! Pero en casa, el enfoque es distinto: la tecnología debe servir, no gobernar. Por ejemplo, usamos apps para planear salidas familiares, pero apagamos el móvil al llegar al destino para vivir el momento.
Con los pequeños, jugamos con herramientas digitales creativas, siempre con límites claros: ‘Después de crear en la tablet, hacemos lo mismo con crayones reales’. Así aprenden que las pantallas amplían su mundo, sin reemplazar el tacto de la hoja arrugada o el olor a tierra mojada tras la lluvia. Memorizar direcciones en mapas físicos, no solo GPS, les da confianza para navegar cambios pequeños… y grandes.
¿Cómo crear raíces firmes en un mundo de cambio constante?
Un artículo del MIT resalta que la inseguridad laboral predice cómo los empleados perciben la cultura corporativa. Para nuestros hijos, queremos lo contrario: raíces firmes que les den alas para volar. ¿Cómo? Reservando momentos sin pantallas: desayunos lentos donde compartimos sueños, caminatas donde descubren insectos, o cenas donde reímos con anécdotas tontas.
Estos momentos no solo crean recuerdos, sino que tejen una red de seguridad emocional que perdura… y nos recuerdan que, aunque el trabajo de papá o mamá cambie, el hogar siempre es puerto seguro. Observen esto: cuando su hijo construye una torre de bloques y se cae, no le digan ‘vamos a usar la app de construcción’. En vez de eso, sonrían y pregunten: ‘¿con qué material haríamos una base más fuerte?’. Así cultivan resolución de problemas sin dependencia digital.
Fuente: ‘Waste of time’: Founder-CEO of AI startup reveals why he quit Meta frustrated, Indian Express, 2025/09/07 07:41:47