Cómo responder las preguntas de tus hijos sin perder la calma


Padre e hijo compartiendo un momento de conexión

¡Hay días en que las preguntas de los niños parecen no tener fin, verdad? Esa mezcla de paciencia y agotamiento que todos hemos sentido… Y la verdad, hay días que no consigo mantener la calma. Soy humano también, y a veces me frustra cuando necesito paz y solo llegan preguntas.

Cuando las preguntas no cesan

¿Recuerdas esa sensación cuando tu pequeño te hace una pregunta tras otra? A veces ni nosotros sabemos las respuestas, y eso puede generarnos inseguridad. Pero aquí está lo bonito: no se trata de tener todas las respuestas, sino de acompañarlos en la búsqueda.

He aprendido que cuando respiro hondo antes de responder, ellos copian mi tranquilidad. Son esos pequeños milagros que hacen la diferencia en el día a día.

La curiosidad como regalo

Niño explorando la naturaleza con ojos asombrados

¿Te ha pasado que tu hijo se concentra observando hormigas o preguntando sobre las nubes? En esos momentos, su curiosidad es un universo en miniatura. Aunque a veces la gente nos mire mal en el supermercado cuando quieren tocar todo, vale la pena proteger esa chispa de exploración.

La clave está en encontrar el equilibrio entre permitir que exploren y mantener ciertos límites. No es fácil, pero con el tiempo vamos aprendiendo a descifrar estos códigos.

Berrinches y preguntas incómodas

Padre e hija conversando con calma

Las rabietas y las preguntas sobre sexo o temas difíciles… ¿quién no se ha sentido bloqueado alguna vez? He descubierto que detrás de un berrinche suele haber miedo disfrazado, y que las preguntas incómodas son oportunidades para conectar.

Decir «no sé» por primera vez y buscar juntos las respuestas puede ser una experiencia mágica. Se trata de validar sus emociones sin sobreproteger, de escuchar realmente.

Hay que entrenar esa muscula de la paciencia, entender que ¿por qué no podemos tener todas las respuestas al momento?. A veces lo más valioso es el proceso de búsqueda.

Pequeñas victorias cotidianas

Tiempo no estructurado para la creatividad infantil

Recuerdo un día en que mi hija me preguntó por qué el cielo es azul… y mi respuesta improvisada llevó a una conversación que duró toda la caminata a casa, explorando juntos colores y la luz. Esos días en que tu adolescente te deja entrar en su cuarto para hablar son triunfos efímeros pero dulces que nos recuerdan que vamos por buen camino.

En nuestro hogar, fusionamos la tradición coreana de respeto por los mayores con la apertura canadiense a la curiosidad, creando un espacio donde todas las preguntas son válidas y cada búsqueda de respuestas se convierte en una aventura familiar.

Al final, se trata de ir aprendiendo juntos, de cometer errores y volver a intentarlo. Porque en este viaje de crianza, lo más importante es seguir conectados, seguir preguntando, seguir buscando respuestas… juntos.

Source: The Next AI Goldmine: Profits Beyond Big Tech, Forbes, 2025-09-11

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