
El otro día, mientras el calorcito del final del verano nos regalaba una tarde perfecta, estábamos en el parque. Mi hija, con una concentración digna de un arquitecto, intentaba construir una torre altísima con unas ramas y hojas. De repente, se detuvo, me miró con los ojos muy abiertos y preguntó: ‘Papá, ¿y si en lugar de una torre, hacemos un puente para las hormigas?’. ¡Chispazo! En ese instante, no solo vi un futuro puente para insectos, sino el destello de algo mucho más grande. No estaba simplemente ‘usando’ las herramientas que tenía; estaba imaginando, cuestionando y creando algo nuevo. Y me hizo pensar… con toda esta conversación sobre preparar a nuestros hijos para un mundo tecnológico, ¿nos estamos enfocando en lo correcto? Porque las noticias recientes lo dejan clarísimo: saber usar una herramienta ya no es suficiente.
¿Por qué ser un ‘experto en tecnología’ se queda corto?
¡Es una auténtica locura! Todos corremos para que nuestros peques aprendan sobre las nuevas tecnologías, pensando que eso les dará una ventaja. Y claro, es importante. Pero un artículo reciente me dejó dándole vueltas al coco. Decía que los empleadores ya no solo buscan a alguien que ponga ‘dominio de herramientas de IA’ en su currículum. ¡Quieren mucho más! Buscan a la persona que, como mi hija en el parque, no solo ve las ramas, sino que imagina un puente. Quieren a alguien con curiosidad, con juicio, con esa chispa humana que sabe conectar la tecnología con resultados reales y valiosos.
Como bien señalaba un análisis de Forbes, la alfabetización en IA te puede conseguir una entrevista, pero lo que te consigue el trabajo es ‘demostrar cómo la usas para crear valor’. Obviamente, eso es un cambio de juego total. No se trata de ser un operador de máquinas, sino un director de orquesta. Alguien que sabe cuándo una herramienta desafina, qué instrumento falta y cómo hacer que la melodía suena increíblemente bien. Para nuestros hijos, esto significa que nuestro objetivo no debe ser que memoricen cómo usar una aplicación, sino que desarrollen un instinto para preguntar: ‘¿Y esto para qué sirve de verdad? ¿Cómo puedo hacerlo mejor? ¿Qué pasaría si…?’.
¿Cómo encender el motor de la curiosidad en casa?
Entonces, ¿cómo pasamos de la teoría a la práctica en casa? ¡Convirtiéndolo en una aventura! La curiosidad no se enseña en un aula, ¡se contagia! Es esa energía que nos mueve a explorar, a desarmar el juguete para ver cómo funciona (¡aunque luego cueste volver a montarlo!). La tecnología puede ser nuestro mejor aliado si la vemos no como un fin, sino como un trampolín para las preguntas.
Imagina que la IA es como un mapa del tesoro increíblemente detallado. Te puede mostrar miles de rutas, pero no te dice cuál es la más divertida, la que tiene las mejores vistas o la que esconde una fuente de agua fresca. Esa decisión requiere juicio, experiencia y un toque de aventura. ¡Esa es nuestra misión como padres! Fomentar ese espíritu explorador. En lugar de decir ‘así se usa esta app’, podemos preguntar: ‘Oye, ¿qué crees que pasaría si apretamos este botón? ¿Para qué crees que sirve esto? ¡Vamos a investigarlo juntos!’.
Pasando del juego al aprendizaje real, esto transforma el tiempo de pantalla en tiempo de descubrimiento compartido. Se trata de, como dicen los expertos, ‘desarrollar habilidades de pensamiento crítico para evaluar el uso apropiado en diferentes contextos’. Es enseñarles a ser capitanes de su propio barco digital, no solo pasajeros. ¿Ves cómo funciona esto? Podemos transformar paseos al colegio en aventuras con drones pequeños para despertar imaginación.
¿Cómo formar pequeños detectives de la verdad?
Una de las habilidades más potentes que podemos regalarles es el discernimiento. En un mundo donde las respuestas están a un clic de distancia, saber distinguir una buena respuesta de una que simplemente ‘suena bien’ es un superpoder. Las herramientas de IA, a veces, pueden ‘alucinar’ o dar información incompleta. ¡Y aquí es donde entran nuestros pequeños detectives!
Podemos convertir esto en un juego. ¿Qué tal si le pedimos a una herramienta que nos escriba un cuento sobre un dragón que come helado de brócoli y luego, juntos, lo revisamos? ‘¿Te parece que el dragón hablaría así? ¿Qué le falta a esta historia para que sea más emocionante? ¡Se le escapó mencionar por qué le gusta el brócoli!’. Al hacer esto, no solo estamos pasando un rato increíble, sino que les estamos enseñando a no aceptar la primera respuesta, a buscar lo que falta, a cuestionar y a refinar. Les estamos enseñando a pensar por sí mismos.
¿No es maravilloso cómo un simple juego puede construir las bases para un juicio crítico que durará toda la vida?
Las organizaciones, al final del día, quieren a personas que sepan que una herramienta ‘es tan eficaz como las preguntas que se le hacen’. Al jugar a ser detectives, estamos entrenando a nuestros hijos para que hagan las mejores preguntas, no solo en una pantalla, sino en la vida.
¿Cómo construir un futuro con más corazón que código?
Ver a mi hija planear su puente para hormigas, con toda la seriedad y la ilusión del mundo, me llenó de una esperanza tremenda. El futuro del trabajo, y de la vida, no va a ser una batalla de humanos contra máquinas. Va a ser una colaboración. Y en esa colaboración, las cualidades que nos hacen inequívocamente humanos —la empatía, la creatividad, el juicio, la capacidad de conectar y soñar— serán más valiosas que nunca.
Nuestro papel como padres no es criar a la próxima generación de genios de la programación, a menos que esa sea su pasión, ¡claro! Nuestra misión, ¡nuestra increíble y emocionante misión!, es criar buenas personas. Personas curiosas, valientes, que sepan escuchar, que se atrevan a hacer preguntas difíciles y que usen cualquier herramienta a su alcance, no solo para ser eficientes, sino para construir puentes, ya sea para hormigas en un parque o para conectar ideas que cambien el mundo.
¿Qué puente construirán tus hijos con las herramientas que les damos hoy?
Así que la próxima vez que veas a tu hijo o hija absorto en una pantalla, acércate con una sonrisa y una pregunta curiosa. Quizás, juntos, no solo descubran una nueva función en una app, sino algo mucho más importante: el increíble poder de su propia mente y su maravilloso corazón. Construiremos puentes entre lo analógico y digital, como hicimos hoy en el parque.
Fuente: When AI Literacy Isn’t Enough: What Employers Really Want Right Now, Forbes, 2025/09/04