
¿Y si lo que hoy consideramos el camino seguro para nuestros hijos en la era de la IA ya no lo es? Jad Tarifi, exlíder de Google y pionero en la primera generación de equipos de IA, lanzó una advertencia que suena como un trueno en cielo despejado: carreras largas como derecho o medicina pueden quedar obsoletas antes de que los estudiantes terminen sus estudios. ¡Impactante! Y no lo dice cualquiera: él mismo recuerda que un doctorado podría perder sentido porque, al ritmo actual, la tecnología habrá cambiado completamente cuando el título se entregue. Entonces, ¿qué hacemos los papás que buscamos un futuro brillante para nuestros peques?
¿Qué advierte Tarifi sobre los títulos y la IA?
Tarifi no se anda con rodeos: para él, carreras que requieren entre seis y diez años de estudio corren el riesgo de quedarse atrás en esta era de educación IA. Imagina invertir toda esa energía y descubrir que al graduarte, una máquina ya hace parte del trabajo mejor y más rápido. En sus palabras, incluso un doctorado puede ser como perseguir una sombra que se desvanece. Él sugiere que el futuro no se trata de acumular credenciales, sino de cultivar perspectivas únicas, consciencia emocional y lazos humanos fuertes.
Un dato interesante que refuerza sus preocupaciones viene del MIT: cerca del 70% de los estudiantes de doctorado en IA acaban trabajando en el sector privado, cuando hace veinte años solo era el 20%. (fuente). Este cambio refleja cómo los títulos académicos ya no garantizan ventaja, y cómo el sector privado absorbe ese talento antes de que la academia pueda adaptarse.
¿Cómo afecta esto el futuro de nuestros hijos?
Volviendo al presente, pensar en un niño de siete años, curioso y lleno de energía, nos recuerda que el futuro en esta educación IA no se define por diplomas colgados en la pared, sino por las habilidades que florecen en la vida diaria. ¡Qué alivio saber que la clave no está en memorizar datos, sino en aprender a pensar, sentir y conectar! Tarifi lo resume bien: sobrevivir y prosperar será cuestión de creatividad, sensibilidad y relaciones humanas.
Como padres, podemos fomentar esto con pequeñas cosas: animar a que hagan preguntas locas, dar espacio a sus juegos de construcción y aceptar el caos creativo como parte del aprendizaje. Después de todo, cada dibujo torcido o torre que se cae es una semilla de resiliencia y autonomía.
¿Por qué es crucial la curiosidad frente a la IA?
¿No es curioso que lo que antes nos daba seguridad —un título prestigioso— ahora parezca tan frágil frente al avance de la IA en educación? La respuesta no está en asustarnos, sino en abrazar la curiosidad. Así como cuando improvisamos un picnic en familia: el plan flexible siempre gana.
En la vida de los niños, ese desvío puede ser un experimento casero con agua y colores, o una tarde inventando canciones sin ton ni son. Son momentos que no otorgan diplomas, pero sí les enseñan a explorar, equivocarse y volver a intentar. Esa chispa de curiosidad será mucho más difícil de reemplazar por una máquina.
¿Cómo equilibrar tecnología y habilidades humanas?

La tecnología puede ser una brújula, pero no el destino en la educación IA. Tarifi señala que estudiar algo demasiado largo puede ser inútil si la IA ya resolvió gran parte del problema antes de acabar. Pero eso no significa que la tecnología sea enemiga; más bien, es solo una aliada para sacar lo mejor de nosotros.
En casa, esto puede traducirse en usar herramientas digitales como apoyo, no sustituto. Por ejemplo, dejar que una aplicación sugiera ideas para un proyecto artístico, pero que sean las manos y la imaginación de los niños quienes lo lleven a la realidad. ¡Ahí está la magia!: la IA como chispa, no como fuego completo.
¿Qué pasos prácticos podemos dar hoy?
Entonces, ¿qué podemos hacer hoy mismo para preparar el futuro de nuestros niños con IA? Aquí van algunos pasos sencillos:
- Fomentar la curiosidad con preguntas abiertas que no tengan respuesta única.
- Combinar momentos de pantalla con ratos de juego libre y aire fresco.
- Celebrar la perseverancia más que la perfección.
- Hablar con ellos sobre lo que sienten y piensan, no solo sobre lo que saben.
Estos hábitos son como pequeñas brújulas que ayudarán a nuestros hijos a navegar un mundo donde los títulos tal vez no sean suficientes, pero la humanidad siempre será necesaria.
Reflexión final: ¿Qué importa más que los títulos?
Quizás el mensaje más poderoso de Tarifi no sea que los títulos pierden valor, sino que la verdadera riqueza en la educación IA está en lo que no se puede medir con un diploma. La empatía, la creatividad, la capacidad de reír en medio de la frustración, el coraje de volver a intentar… esas son las credenciales que nunca quedarán obsoletas.
Así que la próxima vez que pensemos en el futuro académico de nuestros hijos, tal vez sea mejor preguntarnos: ¿qué tipo de persona queremos que sean en un mundo acelerado por la IA? La respuesta, aunque sencilla, puede ser la brújula más firme: seres humanos completos, con corazón, cabeza y esperanza. ¿Qué habilidad humana de tu hijo te emociona más? ¡Cuéntanos en comentarios!
Fuente: Exejecutivo de Google advierte que los títulos en derecho y medicina son una pérdida de tiempo porque tardan tanto en completarse que la IA los supera antes de la graduación, Yahoo, 18-08-2025
