Imagina recibir un mensaje de despedida escrito por inteligencia artificial… ¡y ser tú quien ayudó a crear esa tecnología! Así le ocurrió a Geoffrey Hinton, el científico bautizado como ‘padrino de la IA’, cuando su ex pareja usó ChatGPT para explicarle ‘cuán terrible era su comportamiento’. Su reacción, entre risas y reflexión, me hizo detenerme frente al desayuno: ¿qué aprenden nuestros pequeños cuando ven que hasta las emociones se convierten en código?
La Paradoja Más Humana: Tecnología que Abraza y Aleja
Hinton confesó en el Financial Times: ‘Me dio el texto del chatbot. No creí haber sido una rata, así que no me afectó demasiado’. Hay una dulce ironía aquí—el creador de redes neuronales que ahora ve cómo su propia vida afectiva se filtra por algoritmos. Esto no es solo una anécdota graciosa; es un espejo donde nosotros, como padres, vemos reflejado el dilema cotidiano: ¿hasta qué punto dejamos que las máquinas dialoguen por nosotros?
Un estudio reciente en el Journal of Social and Personal Relationships reveló algo conmovedor: cuando una app de compañeros emocionales llamada ‘Soulmate’ se apagó en 2023, usuarios sintieron un duelo tan real como tras perder a un ser querido. Los investigadores explican: ‘Las máquinas sociales están diseñadas para simular conexiones, y su ausencia duele como una ruptura humana’. Si esto ocurre en adultos, imaginemos cómo navegarán nuestros hijos un mundo donde hasta disculparse parece requerir ‘asistencia inteligente’.
¿Qué Necesitan Aprender Nuestros Niños HOY Sobre IA y Emociones?
La verdadera preocupación no es que usen IA para tareas escolares—eso pasará—sino que aprendan que las emociones no son una receta que un bot puede escribir. ¿Qué pasa si mi hija de siete años, al pelear con su amiga, piensa: ‘Mejor pido a un bot que escriba mi disculpa’? Perderemos lo esencial: ese temblor en la voz al decir ‘lo siento’, ese abrazo torpe que solo en persona puede darse.
Investigadores del estudio Arxiv advierten: la IA podría mediar en conflictos románticos adultos, pero para niños, eso socavaría el desarrollo emocional. Necesitan practicar gestionar frustraciones sin atajos tecnológicos. Como cuando jugamos al ‘pasa la pelota de sentimientos’ en casa—un balón de playa que circula entre nosotros diciendo lo que sentimos sin filtros. ¡El caos es hermoso! Porque acá nadie corrige ortografía… solo abrazos.
Guías Sencillas para Cultivar Raíces Humanas en la Era Digital
No se trata de prohibir la tecnología—¡sería como negarles el aire!—sino de tejerla con conciencia en nuestra vida familiar. Inspirado en la calma de Hinton (quien, tras su breakup digital, simplemente dijo: ‘Conocí a alguien que me gustó más, ya saben cómo va’), propongo tres semillas para plantar:
- La regla del ‘antes y después’: Nada de mensajes para resolver conflictos familiares. Si hay tensión, primero nos sentamos a compartir galletas caseras (¡con ayuda de pequeños chef!). Luego, si hace falta, escribimos juntos una nota—pero con lápiz y papel.
- El juego del espejo: Practicamos identificar emociones mirándonos en un espejo real. ¿Sonrisa forzada? ¿Ojos tristes? Así aprenden que la IA no captura esa vibra única del ser humano.
- Salidas tecnológicamente libres: Un paseo al parque donde el único ‘asistente’ es el viento entre los árboles. Allí, las historias fluyen mejor… y hasta el silencio habla.
Recuerda: cuando Hinton pesa sobre cuándo la IA superará la inteligencia humana (entre 5 y 20 años), no habla de cámaras o juguetes… sino de alma. Y eso, queridos, solo lo cultivamos cara a cara.
El Mayor Regalo que Podemos Darles: Conexión Auténtica
Al final, la historia de Hinton no es sobre bots rompedores de corazones. Es una llamada para proteger lo irremplazable: nuestra capacidad de conectar. Los científicos previenen riesgos de IA avanzada, pero en casa, la verdadera alarma suena cuando un niño prefiere un avatar a un abrazo.
Hace poco, vi a un grupo de niños construyendo un fuerte de cartón en la acera. Sin apps, solo cinta adhesiva y risas contagiosas. ¿Cuánto tiempo pasaron hoy mis pequeños creando algo que no dependa de una pantalla? Esa pregunta es mi guía. Porque si hoy les enseñamos a valorar el roce de una mano, mañana sabrán que ningún código reemplaza el latido de un corazón comprometido.
Y sabes qué? Así que la próxima vez que tu hijo muestre orgulloso el dibujo que hizo ‘con ayuda de IA’, no te asustes. Pero invítalo a añadir un detalle con crayones de colores. Porque en esas manchitas, en esos trazos imperfectos, late la magia que ni la IA más avanzada entenderá: el arte de ser humano.
Fuente: AI Godfather Dumped By ChatGPT? Geoffrey Hinton Shares Bizarre Breakup Story, Mashable, 2025/09/09 07:23:18